martes, 4 de abril de 2023

Una bonita mañana * * * *



  

El camino hacia el reencuentro vital de Sandra

La guionista y cineasta Mia Hansen-Love ha realizado este largometraje tras el notable “La isla de Bergman”. Una mujer con una hija de ocho años vive con su padre, que padece una enfermedad neurodegenerativa. Mientras lucha por conseguir un hogar de ancianos decente, se encuentra con un amigo con el que inicia una aventura... aunque éste está casado con una mujer.

Esta película francesa es un notable drama con componente romántico sobre el deseo femenino de una mujer que busca reencontrarse a sí misma, el misterio de lo que busca el corazón. Desde que quedó viuda hace unos años, Sandra se ha preocupado de su hija pequeña, de su padre enfermo y de su trabajo como traductora pero no de ella misma y encuentra una manera de mirarse gracias a una relación de amantes.  También habla sobre las dependencias físicas (del padre, filiales (de la hija pequeña) y emocionales (de Clément) y también de las cargas familiares que supone ser cuidador de una persona enferma a la que ya no reconoces cómo era. Cabe decir que en la filmografía de la directora siempre ha habido un aspecto autobiográfico; si en el también notable film “El porvenir” (2016) trataba a su madre en la ficción, en el caso de “Una bonita mañana” lo hace de su padre. Rodada en París, la cinta está realizada en 35mm con ligereza y luminosidad, resulta más transparente que el anterior trabajo citado de la directora.  Consigue tratar temas graves siendo sensible pero evitando el tremendismo aunque los temas que aborda son duros y el argumento puede tener un punto de culebrón. Creo que es necesario hablar del papel de los cuidadores de personas dependientes y algunos espectadores como un servidor pueden sentirse identificados con este tema aunque no habla al cien por cien de un tema delicado y complejo como es la salud mental. Además, destaca el protagonismo de Léa Seydoux, actriz que está en la plenitud de su carrera, en una de sus mejores interpretaciones que transmite con sus ojos ojerosos sin apenas palabras; está bien acompañada de Melvil Poupaud como Clément, un convincente Pascal Greggory como eel padre de Sandra y la directora y actriz Nicole Garcia como la madre divorciada sin apegos. Sin embargo, el personaje de la hermana de Sandra no está muy bien perfilado.

El film se presentó el año pasado en la Quincena de realizadores del festival de Cannes, fue nominado al premio del cine europeo a mejor actriz y mereció estar presente en los premios César sobre todo en apartados de actuación. Se estrenó en salas a últimos de marzo y es novedad en alquiler en VOD desde mediados de julio. Así pues, recomiendo esta propuesta que es dura en su contenido pero ligera como otras de una de las directoras más interesantes del panorama actual.

Valoración: 8

Lo mejor: la creíble interpretación de L. Seydoux y cómo Hansen-Love trata una historia que podría haber sido demasiado dramática.

Lo peor: que el film no sea reconocido como uno de los mejores de su directora.  

 


En el momento en que Sandra va a marcharse de la residencia y se da cuenta que su padre llama a Leila, la primera reacción de uno sería atenderle y acompañarle a su habitación pero ella está cansada y se ha dado cuenta que tiene que soltar lastre respecto a su padre desorientado. La película podría haber acabado con la protagonista dedicada a su hija y su trabajo pero el personaje (y quizás también el espectador) necesitaba reconfortarse con el regreso de Clément que ha dejado a su esposa y así pueden ser una familia con la hija pequeña.

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