El primer fin de semana de abril hubo varios estrenos en la cartelera española. Uno de ellos es el del guionista y cineasta Sam Mendes después de la excelente y premiada “El imperio d ela luz”. Una historia de amor ambientada alrededor de un hermoso cine antiguo en la costa sur de Inglaterra, en la década de 1980. Esta coproducción británica es un interesante drama romántico que cuenta la historia de dos personas solitarias que trabajan en un cine y apunta temas como el racismo y la época del thatcherismo. La película está bien rodada, con una bella fotografía a cargo del maestro Roger Deakins. Si bien es elegante, puede resultar un poco sosa y puede decepcionar un poco al ser vendida como una propuesta sobre el poder sanador del cine. Mención aparte merece el destacado reparto de actores encabezado por una magnífica Olivia Colman (una vez en el último lustro), Micheal Ward (“Blue story”), Colin Firth y Toby Jones. Al principio de la carrera cuando se presentó en los festivales de Telluride y de Toronto, parecía que el film iba a ser uno de los favoritos de la temporada de premios pero se desinfló; aun así, logró ser nominado al Oscar y el Critic choice award a mejor fotografía, fue nominado al Globo de oro a mejor actriz de drama (aunque O. Colman mereció más presencia en los premios) y obtuvo tres nominaciones a los BAFTA incluyendo mejor largometraje británico y actor secundario para Ward.
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