En la cartelera española se estrenaron la semana pasada varios títulos que podemos señalar. Joshua Oppenheimer, responsable del díptico formado por los documentales “The act of killing” y “La mirada del silencio” coescribió y dirigió su primer largometraje de ficción. Dos décadas después del fin del mundo, una familia vive en su lujoso búnker construido en una mina de sal. El hijo, un joven de veinte años que nunca ha visto el mundo exterior, el padre y la madre, son una de las últimas familias de la Tierra. La llegada de una chica a la entrada del búnker amenazará la apacible vida familiar. Esta coproducción danesa es una atrevida fábula en forma de musical pesimista que se une a musicales poco convencionales y extraños recientes como “Emilia Pérez”. La película reflexiona sobre la tentación de cambiar la historia, habla de la supervivencia, la culpa y la redención, a nivel formal es elegante, tiene lugar en una localización y el diseño de producción es cuidado. Además, cuenta con un buen reparto encabezado por Tilda Swinton, Michael Shannon, un destacado George MacKay y Moses Ingram (“All Dirt Roads Taste of Salt”). Sin embargo, las canciones se pueden hacer un poco tediosas, la propuesta resulta artificiosa y pretenciosa y el metraje de más de dos horas se puede hacer cuesta arriba. El film pasó el año pasado por el festival de Toronto, se presentó en la sección oficial del festival de San Sebastián (creo que fue rechazado por el de Cannes y el de Venecia) y obtuvo críticas irregulares.
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