El director Steve McQueen
asume la ambición de dirigir una película que adapta el libro
homónimo de un hombre negro libre de los Estados Unidos del siglo
XIX que injustamente fue capturado como esclavo que pasó para
diversos amos. El film es un duro drama humano muy bien realizado,
casi como si el espectador fuese testimonio de los hechos. No
escatima en extremas escenas de violencia física pero son más
elocuentes por sus mensajes aquellas que aportan posicionamientos de
los personajes con ciertos matices: no todos los amos blancos son
malvados y los esclavos negros miran para otro lado para no vivir
peor. Mención aparte merece el reparto de intérpretes, en que los
secundarios también están bien trabajados. El protagonista, Chwetel
Ejiofor, realiza una gran actuación que le postula al Oscar, al
igual que el amo sádico pero enamorado de su esclava encarnado por
Michael Fassbender (que vuelve a trabajar a las órdenes de McQueen
tras "Hunger" y "Shame". Pero además, la
revelación de Lupita N'Yongo como la sufrida esclava es muy
destacable, como los personajes de Paul Dano como insensible amo o el
de Brad Pitt que como productor, se reserva un papel que tiene un
mensaje positivo. Así pues, estamos ante un emocionante película
sobre los errores que cometieron los norteamericanos en materia de
esclavitud, una de las favoritas para los próximos Oscar y uno de
los títulos más importantes de esta temporada.
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