Paolo Sorrentino se ha
convertido en un director que ha retratado con acierto Italia con
films como "Il Divo". De la mano de un decepcionado
escritor y periodista, Gep Gambardella, asistimos en su esperada
última película a una decadente sociedad poderosa, llena de
pomposidad y en cuyos personajes superficiales hay debajo deseos más
profundos. Es cierto que el film recrea excesos, pero también es
majestuoso en el buen sentido. No me resulta especialmente emotiva,
pero es de esas que su visionado es atractivo y, en algún momento,
se aprecia la gran belleza a la que alude el título.
Sobresalientemente realizada, cuenta con unas escenas de fiestas muy
bien logradas y aparte destaca la interpretación del actor Toni
Servillo. Presente en festivales como los de Sevilla, Cannes y
nominada en premios de asociaciones USA como mejor film extranjero,
esta melancólica y grandilocuente propuesta triunfó en los
recientes premios del cine europeo.
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