Con
motivo del estreno en cartelera de la última película hasta ahora
protagonizada por Marion Cotillard, es un buen momento para repasar
la trayectoria de esta estupenda actriz. Nacida en
París, la joven empezó su andadura a principios de los noventa en
series de televisión. En 1994 hizo su primer papel en una película
de Phillipe Garel. Dos años después fue una estudiante en un film
de Arnaud Desplechin y una enfermera en "El planeta libre".
Pero no fue hasta sus siguientes films en que empezó a destacar su
trabajo como actriz. Consiguió ser nominada a la mejor actriz
revelación en dos ocasiones, algo que ha ocurrido alguna vez en los
premios César: la primera, por la cinta de acción "Taxi
express" (1998), cuyo éxito hizo que tuviera dos secuelas más
donde también actúa Cotillard; y la segunda por "Las cosas
bellas" (2001) donde interpretó a una hermana que adopta el
nombre e identidad de su gemela que se ha suicidado. Seguidamente el
año 2003 fue un año interesante para la intérprete, pues
protagonizó la notable cinta romántica francesa "Quiéreme si
te atreves". El co-protagonista fue el actor Guillaume Canet,
con quien se casaría años después. Además, ese año también se
estrenó Big fish" de Tim Burton, donde la actriz participó en
el que sería su primer papel en una producción estadounidense. Pero
el año posterior fue más importante para la actriz porque trabajó
bajo las órdenes de Jean-Pierre Jeunet (director de las excelentes
"Delicatessen" y "Amélie") en "Largo
domingo de noviazgo". Este drama estuvo protagonizado por Audrey
Tautou y Gaspard Ulliel; de hecho, ella fue candidata al César por
su actuación y él consiguió el premio revelación. Pero uno de los
mejores aspectos del film es la villana Tina Lombardi que encarnó
Cotillard por cuyo trabajo ganó el premio Chopard en el prestigioso
festival de Cannes y el César a la mejor secundaria.
En
2005 se estrenaron algunas películas francesas en que actuó: "Un
amor de altura", "Edy" con Phillpe Noiret ("Los
chicos del coro"), "La caja negra" con el actor José
García o "Cavalcade" donde coincidío con Bérénice Béjo.
Pero también participó en la producción italiana "Mary"
de Abel Ferrara al lado de nombres como de Juliette Binoche o Forest
Whitaker. Precisamente 2006 fue también "un buen año"
para la actriz ya que, entre otras cintas, fue la pareja de Russell
Crowe en el film de Ridley Scott. No obstante, el año siguiente
marcó un hito, un antes y un después que marcaría la carrera de la
actriz. Protagonizó el biopic de la famosa cantante francesa Edith
Piaf, donde hizo una esforzada y gran interpretación hasta parecerse
a la Piaf gracias a las sesiones de maquillaje y peluquería.
Justamente este último aspecto y la actuación de Cotillard fueron
recompensados con el Oscar por el film de Olivier Dahan que no era
perfecto a nivel de realización. Así, la intérprete coronó una
temporada de premios alzándose con el César, el Globo de Oro y el
Bafta. Su oscarizado papel fue una relativa sorpresa en la ceremonia,
incluida para ella misma, pues una de las favoritas era Julie
Christie por "Lejos de ella", pero ese año en que hubo una
huelga de guionistas de Hollywood triunfaron intérpretes europeos:
Daniel Day-Lewis, Javier Bardem, Tilda Swinton y Marion Cotillard. Su
hazaña la convirtió en la segunda actriz francesa tras hace años
Simone Signoret en ganar un Oscar por un papel hablado en francés,
pues años antes que ella por ejemplo, Juliette Binoche ganó el
Oscar por "El paciente inglés".
A
partir de su trabajo más glorioso, la actriz hizo más habitualmente
papeles en films estadounidenses. Fue la novia del ladrón John
Dillinger interpretado por Johnny Deep en el film de Michael Mann
"Enemigos públicos" (2009). También de ese año fue su
interesante actuación en "Nine" el musical de Rob
Marschall, que volvió al género tras la oscarizada "Chicago",
donde la actriz fue la esposa de Daniel Day-Lewis y cantó dos temas,
uno de los cuales "Take it all" fue nominado al Oscar por
un film que aspiaraba a más pero que sólo tuvo cuatro candidaturas.
Tuvo uno de los mejores elencos de ensueño: aparte de ellos dos,
estaban las también oscarizadas Nicole Kidman, Penélope Cruz
(finalista como amante de Day-Lewis y amiga de Cotillard), Judi
Dench, Sophia Loren y la nominada Kate Hudson. Y ese año
curiosamente también protagonizó "El último vuelo",
cinta francesa con su marido Guillaume Canet. Al año siguiente
también intervino en el film francés "Pequeñas mentiras sin
importancia", acompañada por actores como François Cluzet,
Benoit Magimel o Jean Dujardin (justo antes de triunfar en los Oscar
con "The artist". En 2010 estuvo en otra producción de
Estados Unidos de gran presupuesto "Origen" de Christopher
Nolan, una ambiciosa cinta de ciencia-ficción que alcanzaría cuatro
Oscar técnicos y donde Cotillard era la mujer de DiCaprio, el papel
del cual tenía alguna semejanza con el que hizo ese año en "Shutter
island". En 2011 estuvo en un film oscarizado, esta vez al mejor
guión, la excelente "Midnight in Paris", una de las
mejores obras de Woody Allen en que la actriz fue una francesa que
conoce al personaje de Owen Wilson en una de sus noches fantásticas.
Ese año, además, participó como doctora en "Contagio" de
Steven Soderberg, un film sobre un virus mortal que se propaga por
contacto humano y afecta a un atractivo plantel de actores: Matt
Damon, Kate Winslet, Laurence Fishburne, Jude Law o Gwyneth Paltrow.
Trágicamente la cinta ha sido la antesala de la realidad del ébola.
El año siguiente fue muy importante para la actriz.
Por un lado, repitió bajo las órdenes de Christopher Nolan como
enemiga de Batman en uno de los giros de guión del director en "El
caballero oscuro: la leyenda renace", tercera y última entrega
del personaje de cómic que resucitó Nolan. Por el otro, estos
interesantes papeles de la actriz no fueron tan destacables como su
siguiente trabajo. Realizó una de sus mejores interpretaciones dando
vida a una domadora de orcas que sufre un accidente y conoce a un
hombre en apuros y con un hijo. Cotillard hace una sufrida actuación
y la vemos en algunas escenas sin piernas gracias a los avances
digitales. Mantiene una relación con la revelación del film, el
belga Matthias Schoenaerts, que consiguió uno de los cuatro César
que obtuvo el film, siendo sus interpretaciones lo mejor de la
película. Curiosamente la actriz estuvo nominada al Globo de Oro y
al Bafta por este papel, pero no logró ser finalista al Oscar,
quizás porque los académicos prefirieron que la cuota francesa
estaba mejor presente por la veterana Emmanuelle Riva en "Amour".
También
el 2013 fue un año importante para la actriz. Actuó en el film
francés "Blood ties" de su marido Guillaume Canet, que no
se ha estrenado en España, con los compañeros de reparto Clive
Owen, Zoe Saldana, Mila Kunis, James Caan y M. Schoenaerts de nuevo.
Y protagonizó el drama de época "El sueño de Ellis" del
notable director James Gray. La actriz decidió interpretar el papel
de polaca emigrada a Nueva York en los años veinte que, desemparada,
cae en manos de un rufián. Estuvo acompañada por Joaquin Phoenix y
Jeremie Renner. Por este papel, no aceptó protagonizar el film "El
pasado" de Afghar Farhadi (de la oscarizada película iraní
"Nader y Simin, una separación). Quizás este papel de madre
separada con otra pareja no fuese tan interesante como el anterior
pero sorprendentemente le reportó el premio a la mejor actriz en
Cannes a Bérenice Béjo, con quien Cotillard ya coincidió años
antes. Curiosamente, ese mismo año, Cotillard, tras "De óxido
y hueso", pudo optar a mejor actriz en Cannes con "El sueño
de Ellis". Si hay que destacar el mejor papel de la actriz hasta
la fecha en un film estadounidense, éste sería el de Ewa, donde
demuestra encantos para distraer al público. Pero ese fue el año de
"La vida de Adèle", cuyas actrices protagonistas hubieran
merecido el rotundo premio a la mejor actriz ex-aequo. Sin embargo,
las nuevas reglas del certamen no permiten que una película gane más
de un premio en la sección oficial y Seydoux y Exarchopoulos
tuvieron una mención con el premio a la Palma de Oro.
Después,
éste 2014 la actriz volvió a Cannes dirigida por los reputados
directores belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne, que ya atesoran dos
Palmas de Oro por las excelentes "Rosetta" y "El
niño", aunque el premio a la mejor actriz se le ha resistido, además de que este film, injustamente, no ganó premios en la Seminci de Valladolid ni en Cannes, tras años de que los Dardenne siempre eran galardonados por sus películas. La misma actriz se sorprendió muy gratamente de que los
Dardenne la eligieran como protagonista de su próximo film, ya que
normalmente trabajan con actores desconocidos, si bien su anterior
film "El niño de la bicicleta" tuvo a la belga Cécile de
France. En "Dos días, una noche", la actriz es una madre
trabajadora con acento belga y empastillada, que va a perder su
trabajo si durante un fin de semana no intenta convencer a sus
compañeros que renuncien a su paga extra para que ella pueda
conservar un empleo que quiere tras sufrir una depresión. Su mezcla
de debilidad y fuerza gracias también al apoyo de su marido
(Fabrizio Rongione), su manera de andar y moverse, despojada del
glamour de las alfombras rojas de los últimos años y su dignidad humana final hacen de su
valiente y potente interpretación, que está en casi todos los
planos de la película, una de sus mejores actuaciones.
Próximamente
también la veremos en un personaje sufridor en la cinta británica
"Macbeth" con Michael Fasbender y más tarde en la francesa
y dramática "Mal de Pierres", a la espera de que haga un
papel más de comedia como ella desea. Así pues, durante su
trayectoria Marion Cotillard, aparte de excelentes interpretaciones,
ha demostrado dos cualidades: ser solvente tanto en producciones
europeas más pequeñas como en blockbusters de Hollywood y no dejar
de trabajar en films de su tierra por hacer solamente films en
Estados Unidos.
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