La fascinación por el ojo humano ha sido
siempre una constante en la historia del cine. Ahora llega a los
cines la segunda película de Mike Cahill que se alzó con el premio
a la mejor película en el pasado festival de Sitges. Por una parte,
el director trata en esta historia el aspecto científico en manos de
un joven científico encarnado por Michael Pitt ("Last days",
el remake de "Funny games", al que echo más en falta en el
cine) que investiga la evolución del ojo humano y cuya compañera es
la actriz Brit Marling (premiada precisamente en Sitges por "Otra
Tierra", también de Cahill). Por otra, tenemos el plano
amoroso en el que el protagonista conoce a una chica con los ojos
multicolor (la actriz franco-catalana Astrid Bergès-Frisbey, vista
en "Bruc") con la que mantiene un affaire. Además, hacia
el desenlace hay un punto de espiritualidad new age con buenas
intenciones pero que resulta algo irregular. Así pues, Cahill sabe
generalmente combinar bien ciencia y romance, lo intelectual y lo
emocional, con un buen tratamiento formal, aunque a algunos les pueda
resultar cargante. Sin llegar a ser una gran obra, es una propuesta
que tiene su originalidad, interesante y que recomiendo ver.
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