miércoles, 26 de noviembre de 2014

Nunca es demasiado tarde * * *

 Más que la discreta e irregular última obra del siempre comprometido Ken Loach "Jimmy's hall", vale la pena destacar otro film británico, una delicada comedia dirigida por Uberto Paolini, que no tiene que ver con el gran director Pier Paolo Pasolini. Cuenta la historia de un meticuloso y solitario funcionario que se dedica a encontrar a los parientes de los fallecidos. Vemos el día a día de este personaje cuya vida está ocupada por su profesión, antes de ser despedido por el ayuntamiento, debe hacer un último trabajo y acaba convertido en otra persona, un fallecido que ha dejado asuntos sin ligar. Está interpretado por el actor Eddie Marsan (al que podemos ver estas semanas en "Filth, el sucio"), que logra por fin un papel protagonista a la altura de su talento. Su valiosa interpretación es lo mejor de una película realizada pausadamente, a la que le falta más fuerza y que quiere emocionar con recursos fáciles, pero cuyo visionado no es en balde. 


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