En una semana de muchos estrenos
como viene siendo habitual, vale la pena rescatar esta cinta indie
dirigida por Craig Johnson que cuenta la historia de dos mellizos
distanciados, un gay y una mujer, que tras no poder suicidarse el
mismo día, se juntan para saber analizar sus meorables vidas. Esta
es una comedia con momentos dramáticos divertida, agradable y
honesta, en que cabe aplaudir que los personajes tengan problemas
verosímiles. Lo mejor de la película que la hace elevarse es la
interpretación de la pareja protagonista: el menos conocido para el
gran público Bill Hader y Kristen Wiig, demostrando como de
costumbre su buen hacer cómico (revelado en "La boda de mi
mejor amiga") y además ella tiene un punto más de drama.
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