jueves, 9 de julio de 2015

Aprendiendo a conducir * * *

 Después de la decepcionante película británica "Mi otro yo", la directora catalana Isabel Coixet estrena en los cines (tras pasar fuera de concurso por el festival de Málaga), la que es su penúltima obra, antes de que llegue a la cartelera "Nadie quiere la noche". Tras el drama "Elegy", la realizadora vuelve a hacer un film de producción estadounidense, demostrando de nuevo que es una directora de cine de autor con intenciones comerciales, de carácter internacional en sus producciones y que últimamente prueba con otros géneros como el thriller y ahora la comedia. "Aprendiendo a conducir" a priori es un film de encargo escrito por Sarah Kernochan y Coixet da un pequeño giro después de tantos dramas duros a una comedia romántica con puntos dramáticos pero este film se integra bien en la filmografía de la directora. Esta es la historia de unión intercultural entre una de esas mujeres que siempre han dependido del marido pero que ante su separación, la escritora decide sacarse el carné de conducir, y su profesor de autoescuela, un refugiado político hindú que también trabaja de taxista. Este es un film agradable de ver, de tono más ligero y cómodo a diferencia de las anteriores películas de Coixet, aunque quizás no aprovecha del todo el potencial de la historia. Sobre todo se sustenta por las buenas interpretaciones de la pareja protagonista, que ya trabajó a las órdenes de la directora: por un lado, la compleja actuación de Patricia Clarkson, una veterana actriz no suficientemente reconocida, y un Ben Kingsley en uno de sus mejores papeles, con el que el espectador olvida sus tics y que encarnó al mismísimo Gandhi, aunque aquí también es hindú. En definitiva, esta es una aceptable nueva aportación de Coixet, mejor que alguna de sus últimas películas como "Mi otro yo" pero que es evidente no alcanza el nivel de "Mi vida sin mí" o "La vida secreta de las palabras". 


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