El
veterano realizador Andrei Konchalovsky tiene a sus espaldas fims
notables como "Tío Vania" o "Siberiada", además
de hacer carrera en Estados Unidos con títulos conocidos como "El
tren del infierno" y "Tango y Cash". Fue premiado como
mejor director en la Mostra de Venecia del pasado año por el estreno
que nos ocupa, un festival donde su película "La casa de los
engaños" obtuvo el gran premio del jurado. En "The
postman's white nights", la trama es simple. En una comunidad
del lago Kenozero al norte al Rusia viven con lo mínimo. Solamente
se comunican con el exterior gracias a la lancha del cartero, pero
cuando alguien roba el motor de la barca y la mujer a la que amada se
escapa a la ciudad, el cartero emprende una búsqueda de sí mismo.
El filme está realizado con calma y poderío visual, tiene apuntes
de humor, es un trabajo que combina las imágenes que dan un carácter
etnográfico de la vida de las personas reales y la crisis del
protagonista, que descubre la importancia de tener un hogar aunque
eso signifique no vivir en la ciudad más cerca de su hermana y
quedarse en una comunidad aislada. Además, queda la constancia de un
paisaje en relación con unos personajes aislados que parecen
condenados ante la sobreexplotación humana, al igual lo está el
interior del cartero. Hacia el final, el lanzamiento de un cohete
espacial cerca de la zona nos hace pensar en que la comunidad es
inmune a los avances de la humanidad, así como que mientras los
habitantes apenas tienen lo mínimo para vivir, se invierte mucho
dinero en el ámbito espacial. Estamos ante la mejor propuesta de
cine de autor de la semana que gustará a los cinéfilos de paladar
intelectual.
Valoración:
8
Lo mejor: descubrir el estado de los personajes más
allá de la realidad en que se basa el film, lo hipnótico de sus
imágenes de la naturaleza.
Lo peor: que no
encuentre un público amplio aparte del que busque films menos
comerciales.
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