La realizadora Anne Fontaine no
tiene títulos muy destacados en su filmografía pero sí filmes
estimables como "Nathalie X" o "Coco, de la rebeldía
a la leyenda de Chanel", aproximación a la figura de la célebre
modista protagonizada por Audrey Tautou. Tras la irregular "Dos
madres perfectas" con Naomi Watts y Robin Wright, la directora
realizó este filme que escribe junto con Pascal
Bonitzer y adapta la novela gráfica de Posy Simmonds. Cuenta la
historia de una joven, Gemma Tate, que está casada y empieza a dudar
entre sus deseos y su papel como esposa cuando en el pueblo de
Normandía se reencuentra con su antiguo novio Patrick. En el lugar,
un panadero se obsesiona con la mujer casada. Bajo el título
original "Gemma Bovery", si atendemos a él tiene su
importancia pues la obra maestra de Flaubert "Madame Bobary"
sirve como referente al personaje femenino principal, de ahí que
reciba el nombre de Gemma Bovery. Estamos ante una comedia amable que
consigue que la obsesión de uno de los personajes principales hacia
la protagonista sea vista con cierto agrado. El filme juega con sus
referentes, resulta entretenida y jugosa y tiene un divertido
desenlace, que es de lo mejor de la película. Está acertadamente
protagonizada por Gemma Artenton, que aporta magnetismo y sensualidad
a su personaje y que es el objeto de fascinación del personaje
interpretado por el habitualmente estupendo actor Fabrice Luchini.
Cabe apuntar que la actriz anteriormente ya hizo un papel similar en
la también adaptación de la novela gráfica de Posy Simmonds
"Tamara Drewe", dirigida por Stephen Frears. Aparte de los
nombres más conocidos de Artenton y Luchini, el filme cuenta con Mel
Raido como el ex novio de Gemma y algunos podrán reconocer al actor
Niels Schneider, visto en "Los amantes imaginarios" del
director Xavier Dolan. Así pues, esta es una eficaz comedia francesa
que no es una gran película, pero sí una de las mejor logradas de
su directora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario