En los últimos años, el
western ha resucitado con más o menos acierto en filmes como "Slow
west" o la hace poco estrenada "La venganza de Jane".
Esta semana se estrena en la cartelera otra muestra más del género,
una co-producción austro-germánica dirigida por Andreas Prochaska
en 2013, que anteriormente había realizado producciones televisivas
de Austria. Ambientada a mediados del siglo XIX en los Alpes
austríacos, antes de que llegue el invierno, un forastero llega a
caballo a un aislado pueblo de las montañas. Aparece con una cámara
de fotos, procede de América del Norte donde había indios y cowboys
y se hace llamar Greider, pero nadie sabe quién es ni cuales son sus
intenciones. El pueblo de leñadores está dominado por un viejo
clan familiar que impone sus leyes medievales y que aterroriza a los
habitantes. Este es un filme que se hace algo pesado, transcurre de
manera lenta y convencional. Puede resultar interesante por contener
apuntes de terror, a nivel técnico está bien realizado y en el
aspecto visual es competente, con unos paisajes hivernales
espectaculares. Protagonizado por Sam Riley (visto en "On the
road"), Tobias Moretti obtuvo el premio del cine alemán al
mejor actor secundario, uno de los ocho que sorprendentemente recibió
el filme, entre ellos el premio a segunda mejor película y la
fotografía. Además, fue premiado en los premios del cine europeo
como mejor diseño de producción y vestuario. Puede gustar a los
aficionados al western, aunque no se puede comparar a los clásicos
del género, pero me ha sido un poco indiferente.
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