Más de una década después de su último
filme "Bon voyage", Jean-Paul Rappeneau, en cuya
filmografía destaca sobre todo "Cyrano de Bergerac", que
llegó hasta los Oscar, dirige este estreno de la semana. Se trata de
una comedia familiar que cuenta la historia de Jerome Varenne, un
financiero francés que vive en Shanghai con su pareja Chen-Li. En un
breve viaje de negocios a París, se entera por su madre y su hermano
de que la casa de su infancia se va a vender. Él decide ir al pueblo
para saber qué ocurre e impedirlo. Lo que tenía que ser un viaje
corto, se complica y los planes no resultan como tenía pensado. El
director realiza una película al estilo de cómo se hacían antes,
resulta un poco previsible y convencional y el guión no da mucho de
sí. Es de esas propuestas agradables que no incomodan, ni meten el
dedo en la llaga en temas interesantes con humor (como la lucha de
clases y el lugar de origen). Por otro lado, tiene algún momento
gracioso, puede ser entretenida y el mayor reclamo está en el
plantel de actores franceses: el muy prolífico Mathieu Amalric
demuestra de nuevo ser uno de los mejores actores franceses,
acompañado por Nicole Garcia, Gilles Lellouche, André Dussolier,
Karin Viard, Marine Vacth y Guillaume de Tonquedec. Puede gustar
sobre todo a un sector del público poco exigente.
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