Rumbos * * *

Después de una serie de cortometrajes entre los que hay que destacar "Camas" y "Pipas" (un sencillo trabajo que fue nominado al Goya), Manuela Burló Moreno saltó al largometraje con la comedia "Cómo sobrevivir a una despedida", que sin mucho acierto bebía de las comedias juveniles desenfrenadas de Estados Unidos. Su siguiente trabajo sorprende al dejar ese registro y dar paso a un filme más serio compuesto de historias dramáticas y cómicas que se entrecuzan a través de seis vehículos: dos coches, una ambulancia, un taxi, un autobús y un taxi, ambientada en la gran ciudad de Barcelona durante una calurosa noche de verano. Dos adolescentes buscan aventuras fuertes montados en un descapotable, un taxista afectado por una traición, un camionero enamorado por primera vez de una mujer con un duro pasado, un amante curtido y experimentado, un enfermero que no sabe olvidar, una mujer abandonada sin motivos y una esposa cansada de esperar. Cabe decir que los responsables del filme han afirmado que éste bebe de títulos como "Crash" de Paul Haggis, quizás de las películas más conocidas sobre historias cruzadas. Pero creo que esto juega en contra de "Rumbos" porque saldría malparado de las comparaciones y desde hace muchos años ha sido corriente este tipo de historias. El filme de Burló Moreno arranca bien con la historia protagonizada por Pilar López de Ayala (en un registro cómico poco habitual con el que regresa al cine español después de "Intruders") y Miki Esparbé (en cartel con "El rey tuerto"). Como suele ocurrir con este tipo de propuestas, el conjunto es desigual, un poco tópico, pero la directora mantiene una realización segura. Tal vez los personajes, que llevan su pesado equipaje interior, necesitarían un perfil mejor elaborado al tratarse de pequeñas historias pero están bien interpretados por un plantel atractivo de actores entre los que hay que destacar a la bien recuperada Pilar López de Ayala y a Carmen Machi como una prostituta, además de contar con Karra Elejalde, Ernesto Alterio, Nora Navas, Emilio Palacios y Fernando Albizu. Presentada en la sección oficial del festival de Málaga de este año, esta no es muy notable película pero es atractiva, un paso adelante de la directora y llega a ser cercana.