Hace más de un año llegó a las
salas españolas "Mandarinas", una película de Estonia que
consiguió ser finalista al Oscar. Esta semana se estrena este filme
procedente de un país del que en muy pocas ocasiones nos llegan
filmes. Este que nos ocupa está dirigido por Elmo Nüganen, también
tiene un contexto bélico como la anterior citada pero de manera más
directa, se trata de un drama bélico que muestra la visión de los
soldados estonios durante la Segunda Guerra Mundial en 1944 en las
Colinas Azules, la península de Sorve, en territorio estonio. Los
soldados del país tuvieron que escoger un bando en el conflicto, el
Ejército Rojo o las SS. El filme está realizado con un tono duro,
realista y crudo, con escenas de acción bien rodadas aunque puedan
notarse el presupuesto limitado. Aunque en algunos momentos cae en
efectismos, esta propuesta se eleva por encima de la media porque
funciona como un episodio de la historia de un país del que apenas
se ha enseñado algo en las escuelas y tiene un mensaje antibelicista
de la ilógica de las guerras. Curiosamente este año Ucrania ha
ganado con cierta polémica el festival de Eurovisión con una
canción (que no invita mucho a ser escuchada con agrado) que se
titula igual que este filme y que tiene que ver con el tema que
trata, sobre la deportación de los tártaros de Crimea tras la
Segunda Guerra Mundial en represalia por colaborar con los nazis.
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