En los últimos años, el notable director
Jean-Marc Vallée ha dirigido filmes que han extraído el buen hacer
de sus actores, que han obtenido reconocimientos: Emily Blunt fue
nominada al Globo de Oro por "La reina Victoria", Matthew
McConaughey y Jared Leto ganaron el Oscar por "Dallas Buyers
Club", Reese Witherspoon fue nominada por "Alma salvaje".
En su último filme, "Demolición", quien ofrece una gran
interpretación es Jake Gyllenhaal. El actor interpreta a Davis
Mitchell, un exitoso ejecutivo que padece una desconexión emocional
a causa de la repentina muerte de su esposa en un accidente de coche.
Aunque su suegro intenta que se recupere, el hombre sigue bloqueado y
desmonta compulsivamente muchos objetos. Conoce a Karen y a su hijo,
que le ayudan. Este es un interesante drama, intenso como los que
acostumbra a dirigir el director, pero un poco extraño, que trata
del distanciamiento que da la vida y que está protagonizado por un
hombre en caída libre. Gyllenhaal, idóneo por su fisonomía en este
tipo de papeles de alienado como en "Donnie Darko", ofrece
aquí una de sus mejores interpretaciones y de las más interesantes
que ha dado en los últimos años junto con "Nightcrawler"
y "Southpaw", que no se ha estrenado en España. Cabe decir
que el filme es un poco enmarañado, quizás peca de hundirse en su
ambición, pero que está lejos del típico drama de telefilme en que
una historia parecida a esta podría haber sido. Actores de la talla
de Naomi Watts y Chris Cooper forman parte de una película, que tal
vez no es el peliculón que hubiera podido ser, que fue bien recibida
en el festival de Toronto de septiembre del año pasado pero que
luego no tuvo el reconocimiento que en especial Jake Gyllenhaal
hubiera merecido. Parece que al actor se le resiste el papel que le
otorgue premios, como en los filmes antes citados, y veremos en el
próximo filme de Vallée sobre Janis Jopplin si la nominada al Oscar
Amy Adams obtiene buenos resultados.
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