martes, 20 de diciembre de 2016

1898. Los últimos de Filipinas * * * *

Tras una larga trayectoria como realizador en series de televisión con mejor ("Motivos personales", "El padre de Caín") o peor resultados (Alakrana", "La duquesa") Salvador Calvo debuta en el largometraje cinematográfico a lo grande con esta gran producción bélica española. En el llamado desastre del 98, España pierde sus últimas colonias. El capitán español Las Morenas, comandante del destacamento de Baler, en las islas Filipinas, observa síntomas de una inminente insurrección en su distrito. En espera de los acontecimientos, decide recluirse con su tropa y, tras estallar la revolución, esta situación se prolonga durante un año, sin saber que la guerra había terminado. El filme recupera el cine de revisión histórica y un episodio que ya se trató en la película de Antonio Román "Los últimos de Filipinas" pero lo hace de manera diferente: sin aquella exaltación patriótica, con un carácter antibelicista y sirve como metáfora del presente corrupto del país. La película tiene una excelente factura que no tiene que envidiar a producciones estadounidenses, combina planos aéreos con momentos épicos y de intimidad de los personajes. No es una obra sutil, sino más bien espectacular, con buenos diálogos y un más que notable reparto de actores: los más veteranos y de demostrada eficiencia Luis Tosar, Eduard Fernández, Javier Gutiérrez, Karra Elejalde, Carlos Hipólito, Pedro Casablanc, junto con los más jóvenes Álvaro Cervantes (uno de los mejores actores de su generación que tenía difícil llegar a ser finalista al Goya a mejor actor), Patrick Criado (sorprendente en la serie "Mar de plástico"), el ganador del Goya Miguel Herrán, Emilio Palacios ("Los héroes del mal") y un por sorpresa nominado al Goya revelación Ricardo Gómez (de la serie "Cuéntame cómo pasó"). El filme puede servir para acercar un episodio de la Historia de España a los que no lo conozcan mucho, es una de las películas españolas más potentes de esta temporada, y aparte de por todo esto, le doy cuatro estrellas no tanto porque sea excelente sino porque demuestra que en este país se puede hacer cine histórico que puede ser bien recibido por el público y por la crítica; el filme ha obtenido nueve nominaciones a los premios Goya, incluyendo mejor dirección novel.



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