martes, 6 de diciembre de 2016

Madre solo hay una * * *

La directora de "Una segunda madre" vuelve a tratar las relaciones materno-filiales en esta historia sobre Pierre, que tiene 17 años y está en plena pubertad. Desde que su padre murió, su madre Aracy le ha cuidado. Pero cuando descubre que su madre lo robó de un hospital cuando era un recién nacido, la vida de Pierre cambia dramáticamente. Esa misma noche su mundo se desmorona cuando detienen a su madre. Sus padres biológicos, Gloria y Matheus, han pasado estos años buscándole. Ahora están desesperados por recuperar el tiempo perdido y pasar el mayor tiempo posible con su hijo mayor, al que llaman Felipe. Observado desde una distancia crítica por su hermano pequeño Joca, Pierre/ Felipe se va acoplando en su nueva familia con una vida acomodada. Pero Pierre tiene pensada su vida de manera muy diferente. Este es un interesante drama que habla del choque entre generaciones diferentes y de un joven que es obligado a vivir con sus padres biológicos que no entienden cómo es. Cabe decir que los progenitores reales están trazados de manera simple y la trama adolescente es innecesaria. No obstante, el filme está bien interpretado por Naomi Mero, que recibió la espiga de plata al mejor actor en la Seminci de Valladolid junto con el premio a la directora y la película forma parte del festival de La Habana. Aunque no es redonda, esta propuesta contribuye a un buen estado de la cinematografía brasileña que se puede ver en otros países.


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