El estreno estadounidense de esta semana está dirigido por Patrick Hughes, responsable de los films "Red Hill" y "Los mercenarios 3". Su tercer película trata sobre el prestigioso guardaespaldas Michael Bryce, que recibe un nuevo cliente al que tiene que proteger, un asesino a sueldo, Darius Kincaid, que debe testificar en un juicio en La Haya contra un cruel dictador, un tiránico empresario que quiere verlo muerto en menos de 24 horas. Esta es una curiosa coproducción entre Estados Unidos, China, Bulgaria y Holanda, una buddy movie que mezcla sin funcionar demasiado comedia con escenas de acción poco verosímiles, además de que el guion está poco trabajado y el lenguaje grosero no hace mucha gracia. Lo más destacado está en el reparto de actores: la química entre Ryan Reynolds como un guardaespaldas y Samuel L. Jackson como un asesino a sueldo. Justamente el papel de este y el de villano de Gary Oldman recuerdan a sus tiempos mejores en papeles como "Pulp fiction" y "Air force one", respectivamente. Además, el film cuenta con una deslenguada Salma Hayek y Joaquim de Almeida. Esta es una pequeña y un tanto desagradable sorpresa en la cartelera de este fin de verano, que puede hacer un buen pack junto con "Descontroladas".
No hay comentarios:
Publicar un comentario