Otro film de animación europeo, en este caso francés, viene a cargo de David Alaux, que tras dos entregas para televisión de "La panda de la selva" ha dirigido su primera película. Cuenta la historia de Maurice, un pingüino que fue criado como un tigre. Se propone junto a sus amigos mantener el orden y la justicia en la selva, como antes hizo su madre. Pero Igor, un malvado koala se lo va a poner difícil. Esta es una comedia falta de ambición y poco original, que no tiene un sentido lógico y hay muchos personajes que están poco desarrollados. Hay que decir que el film tiene buen ritmo, algún gag efectivo que aporta frescura y la factura es colorista. Sin embargo, esto no es suficiente para que esta propuesta pueda agradar no ya a los adultos si no a niños despiertos, ya que en general es bastante convencional y anodina. Lo que sí es lógico es que los premios César no la hayan elegido entre las mejores cintas de animación del año.
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