Después del estupendo funcionamiento de crítica y público de "Sicario" de Denis Villeneuve, Stefano Sollima, realizador de excelentes series de televisión italianas como "Roma criminal" y "Gomorra" y del film "Suburra" es el encargado de esta secuela.
La guerra contra los cárteles de la droga se ha intensificado en la frontera entre EE.UU. y México a medida que éstos se han metido en el negocio de tráfico de personas, introduciendo en suelo americano a terroristas islámicos. Para hacer frente a esta nueva guerra sucia, el agente federal Matt Graver planea una idea para que los carteles se enfrenten entre ellos. Para ello volverá a reclutar para la peligrosa misión al volátil mercenario Alejandro Gillick cuya familia fue asesinada por un capo mafioso, Alejandro secuestra a la hija de un capo del cártel. Esta coproducción estadounidense e italiana está escrita por Taylor Sheridan, el mismo que el del anterior film y este es un dato importante. La película es un thriller oscuro, duro y tenso, más violento y seco que el precedente aunque obviamente no tiene el estilo visual de Villeneuve. Destaca la fotografía de D. Wolski y la música de H. Gudnadottir. Es interesante la relación entre el personaje de Alejandro y el de la niña que secuestra y hay algo de sacrificio en la historia. Sin la protagonista de la anterior cinta Emily Blunt, vuelve a tener a Benicio del Toro como el mercenario Alejandro y Josh Brolin como el agente Graver, acompañados de Matthew Modine, Catherine Keener, Jeffrey Donovan e Isabela Moner. En suma, esta es una notable continuación de "Sicario" que puede satisfacer a los que les gustó ese film y a los interesados en este tipo de propuestas con contexto de drogas.
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