Susanne
Bier sigue su etapa estadounidense que empezó con “Cosas que
perdimos en el fuego” y luego la miniserie “El infiltrado”. En
el que nos ocupa,
una mujer y sus dos hijos, estos con los ojos vendados, navegan río
abajo tras una sangrienta invasión alienígena de la Tierra
intentando evitar a las criaturas extraterrestres. Cuando algo
misterioso diezma la población mundial, solo se sabe una cosa: si lo
ves, te suicidas. Malorie deberá huir junto a sus dos hijos por un
caudaloso y traicionero río, rumbo al único sitio que parece
ofrecer refugio. Pero para sobrevivir, deberán completar el
peligroso viaje de dos días con los ojos vendados. Este es un
atractivo thriller post-apocalíptico que se centra más en la
psicología de la protagonista, que en generar terror, aunque ofrece
una sensación opresiva y amenazante. Si bien la película es un poco
insípida, se hace larga y parece un poco forzada, cuenta con una
buena banda sonora de Trent Reznor y Atticus Ross y una esforzada
actuación de Sandra Bullock, bien acompañada por Trevante Rhodes,
John Malkovich, Sarah Paulson y Jacki Weaver. Como buen producto
comercial, ha sido un éxito en Netflix.
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