Este
es otro film estadounidense y adaptación de la novela de Stephen
King y la historia de Matt Greenberg. El
doctor Louis Creed se muda con su mujer Racher y sus dos hijos
pequeños de Boston a un pueblecito de Maine, cerca del nuevo hogar
de la familia descubrirá un terreno misterioso escondido entre los
árboles. Cuando la tragedia llega, Louis hablará con su nuevo
vecino, Jud Crandall, desencadenando una peligrosa reacción en
cadena que desatará un mal de horribles consecuencias. Dennis
Widmyer y Kevin Kolsch, responsables de “Starry eyes” y de
capítulos de la serie de TV “Scream” han dirigido este remake
también estadounidense del film “Cementerio viviente” de 1989 a
cargo de Mary Lambert, que no era muy bueno. La que nos ocupa es una
aceptable y efectiva cinta de terror con toques de aventura y de
humor que ofrece poca novedad a nivel narrativo sobre la precedente,
con unos personajes no muy desarrollados, pero sí en el apartado
formal, con una atmósfera malsana y efectos digitales. El film está
interpretado por Jason Clarke interpreta al doctor Creed, Amy Seimetz
(“My days of Mercy”) como su pareja Racher y John Lithgow como el
vecino Crandall. La propuesta puede resultar un tanto decepcionante
para los seguidores de Stephen King y para el Día del Libro puede
ser una buena opción su novela en que se basa esta película.
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