jueves, 25 de abril de 2019

Dobles vidas * * * *



“Todo debe cambiar para que nadie cambie”

Después de las notables “Viaje a Sils Maria” y “Personal shooper”, Olivier Assayas dirigió este otro film europeo (en este caso francés) que se estrenó en salas. A Alain, un exitoso editor parisino, y a Léonard, uno de sus autores de toda la vida, les cuesta aceptar por completo el mundo digital actual (aunque de manera diferente)... y puede que la crisis de la mediana edad. Cuando se reúnen para debatir sobre el nuevo manuscrito de Léonard, Alain debe encontrar una manera elegante de decirle a Léonard que se está quedando atrás, de exponerle sus dudas, mientras que la esposa de Alain, Selena, cree que por fin Léonard ha conseguido realizar su obra maestra.
Con el apropiado título original “Non-fiction” con el que se presentó en los festivales de Venecia y de Sevilla, este es un drama bajo apariencia de comedia ligera que no es en absoluto, ya que habla de temas como el paso de la cultura tradicional a la digital, la literatura en concreto. Pero hay cierto apunte esperanzador hacia los que son pesimistas a los cambios, de ahí el título de esta crítica. Además, conforme avanza el metraje, se muestra una especie de vodevil a base de las relaciones más personales e íntimas de los personajes (a los que vemos comer, beber y amarse), infidelidades incluidas, de ahí también el título en francés “Doubles vies”, pues los personajes muestran una cara y expresan unas ideas aunque luego piensen diferente. La película es muy dialogada como acostumbra el cine “intelectual” de Assayas, hace reflexionar sobre la sociedad y los cambios que se suceden en la misma, pero paradójicamente, aunque hable de la revolución digital, no se exponen explícitamente mensajes a través de móviles o tablets aunque estos instrumentos sí aparecen.
El largometraje está muy bien interpretado por los que en un principio son los protagonistas Guillaume Canet como Alain, que acepta los cambios en el mundo editorial y Juliette Binoche (habitual en la filmografía del director) que interpreta a Selena, actriz estancada y pareja de Alain. Pero a medida que avanza el visionado, los que parecían personajes más secundarios cobra más protagonismo: Vincent Macaigne (visto en “C'est la vie”) como Leonard, escritor que se resiste a la transformación digital y su pareja Valérie a cargo de Nora Hamzawi. Además, hay que incluir a Laura como la joven arribista que encarna Christa Teret (“Renoir”).
Así pues, aunque fue injustamente ignorada por los premios César, esta es una brillante y lúcida película que demuestra de nuevo que Assayas es uno de los directores más interesantes de cine de autor no sólo a nivel francés sino también europeo.

Valoración: 8

Lo mejor: los diálogos densos y espontáneos y el elenco de actrices y actores.

Lo peor: no hace reír si uno espera ver una propuesta a lo Woody Allen como se ha anunciado. 

 


Alain engaña a su pareja Selena con su compañera de trabajo Laura (que parece ser bisexual). Pero también Selena ha mantenido durante seis años una relación con Leonard. Y finalmente la pareja de este, Valérie, simplemente le ha ocultado que está embaraza de él. Es curioso cómo el personaje de Valérie, que parece en principio la más borde y directa, finalmente vemos que no ha engañado a su pareja como sus amigos. Para acabar, hay que apuntar el guiño hacia el desenlace sobre la actriz real Juliette Binoche. 

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