Después
de títulos como “13 horas: los soldados secretos de Bengasi” y
“Transformers: el último caballero”, Michael Bay ha dirigido
este film. Seis agentes imposibles de rastrear, totalmente fuera de
la red, han enterrado su pasado para poder cambiar el futuro. Así,
seis multimillonarios fingen su propia muerte para crear un grupo
internacional de justicieros con una misión de alto riesgo: terminar
con uno de los dictadores más sanguinarios. Esta es una comedia de
acción que remite a las sagas de Bond y “Fast & furious” en
que el director vuelve a la carga en su estilo excesivo y sin
concesiones al que nos tiene acostumbrados, sin poder dejar la cámara
quieta uno segundos en un mismo plano. En este sentido, esta
propuesta no engaña a nadie y puede gustar a los fans de Bay. La
película está interpretada por un Ryan Reynolds (“Deadpool 2”)
en un papel por el que no se le puede tomar en serio, Melanie Laurent
(“Operation finale”, en un tipo de cine en que no estamos
acostumbrados a verla) y Dave Franco (6 globos), entre otros. Hay que
añadir que este es el primer título de su director que no se
estrena en cines sino en Netflix a partir de mediados de diciembre.
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