viernes, 13 de agosto de 2021

Madres verdaderas * * *

 


Tipos de madre

No he visto muchos títulos de la filmografía de Naomi Kawase aunque me gustó sobre todo “El bosque del luto” y también me parecieron notables “Una pastelería en Tokio (su film más asequible) y “Aguas tranquilas”. Tras “Hacia la luz” y “Viaje a Nara” la singular directora con una voz reconocible de cine de autor, coescribió  y dirigió esta adaptación de la novela de Mizuki Tsujimura que está más cerca de la cineasta de lo que podría parecer por lo que trata ya que ella fue criada por su abuela y no por sus padres. Tras una larga e insatisfactoria lucha por quedarse embarazada y convencida por una asociación de adopción, Satoko y su marido deciden adoptar a un niño, Asato. Años después, su familia se tambalea con la amenaza de Hitari, una chica desconocida que dice ser la madre biológica. Satoko opta por confrontar a Hitari directamente.

La película japonesa es un más que interesante drama familiar que puede recordar al tipo de cine de Hirokazu Koreeda, no habla tanto de la adopción como de los tipos de madre que hay, la sanguínea y la de crianza. Se puede dividir en dos partes: en la primera conocemos la situación de Satoko antes y después de adoptar al niño, cuando aparece la joven madre biológica reclamando su papel lo primero que uno puede pensar es que ya es tarde para ella pero en la segunda parte conocemos su vida de adolescente, su primer y puro amor y entendemos que ha sufrido hasta llegar a ese punto; y al final las dos partes confluyen en una. Así, el largometraje incluye largos flashbacks que ayudan a entender al espectador la historia en su totalidad, la directora no nos oculta nada aunque eso lleve a que el metraje se alargue a más de dos horas y haya alguna escena de más. Como es habitual en el cine de Kawase, la conexión con los elementos de la naturaleza es importante es esta historia humanista, realizada con claridad pero que en el fondo es compleja y hay imágenes que poseen momentos de belleza poética. Además, la cinta está bien interpretada por los actores, sobre todo Hiromi Nagasaku como Satoko y la joven Aju Makita como Hitari, así como los personajes secundarios de la cuidadora del centro y la compañera de Hitari en el lugar, donde hay uno de los episodios más destscados de la película.

El film tuvo el sello de Cannes el año pasado y se presentó con buen recibimiento en el festival de San Sebastián. Es una de las obras más logradas de su directora, al menos de las últimas y como melodrama sobre madres puede ser del gusto de figuras como P. Almodóvar.

Valoración: 7’5

Lo mejor: la exposición de las vidas de los personajes para que el espectador entienda la historia y las actuaciones de las actrices.

Lo peor: quizás el metraje sea un poco alargado.

 


Personalmente, llega un momento cuando Hitari va a la deriva tras ser rechazada por los padres adoptivos de Asato, desaparece y luego Satoko se da cuenta de su error al no reconocerla, que me parece muy emotivo y se me saltaron las lágrimas. Agradezco que el final sea reconfortante con el acercamiento entre las dos madres y el niño. Ya no hace falta ver cómo Hitari actúa de madre, eso queda a la propia imaginación.

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