En la cartelera española hay varios estrenos del fin del semana pasado. Uno de ellos es el debut en el largometraje escrito y dirigido por el actor James D’Arcy. En la Toscana, un bohemio artista londinense regresa a Italia con su hijo para vender la casa que heredaron de su difunta esposa. Pero ninguno de los dos esperaba encontrar la hermosa villa en tan mal estado. Mientras padre e hijo restauran minuciosamente la casa para luego ponerla a la venta, también comenzarán a reparar su relación. El futuro ahora puede parecer bastante diferente y sorprender a los dos. Esta coproducción británica es una amable comedia dramática sobre la relación paterno-filial y el dolor por la pérdida que puede tener cierto paralelismo con el fallecimiento de la actriz Miranda Richardson, esposa y madre de los protagonistas en la vida real. La película es ligera, previsible, tiene unas bonitas localizaciones y está bien interpretada sobre todo por Michéal Richardson como el hijo (que supone aire fresco), acompañado de Liam Neeson como su padre y también cuenta con Lindsay Duncan.
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