Tras la notable “Kenshin, el guerrero samurái” Keishi Ohtomo ha dirigido la segunda parte, la tercera, el final y la que nos atañe que sería una precuela, escrita por el mismo a partir del manga de Nobuhiro Watsuki. Antes de convertirse en protector, Kenshin era un temible asesino conocido como Battosai. Pero su historia comienza a cambiar cuando conoce a la dulce Tomoe Yukishiro. Este es un más que interesante live action japonés de acción con cierta dosis de drama romántico ambientado en el Japón feudal que presenta coreografías logradas de combates con espada, violencia, un montaje ágil, diálogos directos y un competente nivel de producción. Así pues, quizás estamos ante la propuesta más contemplativa de su director, cierra bien la saga cuyos fans pueden quedar satisfechos y está en Netflix desde finales de julio.
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