Tras dirigir la miniserie “Maricón perdido” Alejandro Marín ha debutado en el largometraje con este título que ha coescrito y dirigido . En Sevilla en el año 1977, en un momento en el que la homosexualidad es delito, Reme, una madre tradicional movida por el amor de su hijo, un adolescente aspirante a artista, se involucrará en el movimiento LGTBI andaluz, gestado paradójicamente en el seno de la Iglesia. Es curioso cómo en la segunda mitad de los años noventa hubo cine español de temática gay como films de Alfonso Albacete y David Menkes y “Segunda piel” mientras que en los últimos años cuando se han conseguido más libertades y derechos para el colectivo LGTBIQ+ se echa en falta más cine de este tipo. Por eso es una buena noticia el estreno de este drama español que tiene lugar a finales de los años setenta en una época en que había regresado la democracia pero todavía había leyes en que a los homosexuales se les encerraba por peligrosos. La película tiene como referencia el notable film “Pride” y combina bien el aspecto más realista y duro de ese periodo con lo reivindicativo y más disfrutable si bien en algunos momentos es demasiado explicativa. Además, cabe señalar la adecuada ambientación y la banda sonora. Cuenta con un estupendo reparto de actores encabezado por el joven Omar Banana (miniserie “Sin novedad”) y Ana Wagener (cuyo personaje tiene el arco evolutivo más interesante) como madre e hijo en la ficción, acompañados de buenos secundarios como los interpretados por Alba Flores, Jesús Carroza y Mari Paz Sayago (“Sin fin”). Así pues, estanos ante una propuesta recomendable que ojalá no se olvide y esté en la próxima temporada de premios en apartados de actuación y sirve para recordar el peligro de movimientos de ultraderecha que puede dañar el camino conseguido hasta ahora.
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