martes, 19 de marzo de 2024

Dune: parte dos * * * * *

 


Estancia en el planeta Arrakis

Después del éxito de taquilla de “Dune” en 2021 a pesar de la pandemia que logró seis premios Oscar técnicos, el coguionista y cineasta Denis Villeneuve ha realizado esta secuela a partir de la extensa novela de Frank Herbert que no he podido leer. Tras los sucesos de la primera parte acontecidos en el planeta Arrakis, el joven Paul Atreides se une a la tribu de los Fremen y comienza un viaje espiritual y marcial para convertirse en mesías, mientras intenta evitar el horrible pero inevitable futuro que ha presenciado: una Guerra Santa en su nombre, que se extiende por todo el universo conocido... Así, continúa el ascenso de Paul entre los Fremen, iniciando una imparable rebelión contra los Harkonnen y el emperador Padishah Shaddam IV. Convertido en mesías, Muad'Dib debe calcular muy bien sus pasos en el inicio de una Guerra Santa Interestelar.

No soy un gran seguidor del cine de ciencia-ficción pero sí en concreto de la saga “Star wars” y del cine realizado por Villeneuve desde que se diera a conocer a nivel internacional con “Incendies”. Se nota que el director ha tenido más libertad en esta segunda entrega para desarrollar la compleja historia e incluir a nuevos personajes y parece sentirse más cómodo sin la presión de la primera parte en que había cierta presión y no sabíamos cómo funcionaría; sin embargo, hay alguna escena que acaba de manera un poco abrupta como si se echara mano de cortes en el montaje final. La película combina bien espectaculares escenas de acción, escenas de diálogos, una historia de amor y bellas imágenes del planeta Arrakis que conocemos más su lado inhóspito y seco (sobrevuela el tema de la sequía que sufrimos) pero también con bonitas puestas de sol. En conjunto, esta es una gran superproducción estadounidense que luce a todos los niveles. Cuando servidor pensaba que no conoce bien a los Harkonnen, introduce escenas sobre ellos. Además, habla del poder de la fe y la parte de la “yihad” como se titula en el libro sobre el fundamentalismo mesiánico. Hay momentos en que uno tiene los ojos abiertos como platos ante el apabullante espectáculo visual y sonoro del largometraje que a pesar de las más de dos horas y media de duración no se hace pesado en ningún momento, destacando aspectos como la fotografía, el montaje, el diseño de producción (incluyendo las avionetas en forma de insectos de los Harkonnen) y el sonido, por lo que es muy recomendable disfrutarla en la pantalla de cine más grande posible, ya que creo que desde la primera parte no había visto algo así de deslumbrante.

Además, cuenta con un estelar elenco de intérpretes encabezado por Timothée Chalamet como Paul Atreides que evoluciona bien desde la anterior entrega en que fue más pusilánime hasta el guerrero en que se convierte, muy bien acompañado de nuevo por Zendaya que tiene aquí mucho más protagonismo y no es sólo el interés amoroso sino que también su personaje es una guerrera que lucha por su pueblo con un mensaje social, Rebecca Ferguson como la maquinadora madre de Paul, Javier Bardem, Josh Brolin, Stellan Skarsgard y Charlotte Rampling, así como las acertadas incorporaciones de Austin Butler que contribuye a que den grima los Harkonnen, Florence Pugh como la hija del Emperador a cargo de Christopher Walken que quizás no da la talla en el papel y parece en algún momento no saber muy bien en qué proyecto está y Léa Seydoux en un papel adecuado para ella pero que sabe a poco.

En definitiva, pese al retraso de su estreno debido a la huelga de guionistas y que benefició a “Oppenheimer”·en apartados técnicos de los últimos Oscar, estamos ante un sobresaliente blockbuster (seguramente uno de los mejores de 2024) que merece ser reconocido en los premios del año que viene. Y espero que la tercera entrega sea dirigida otra vez por D. Villeneuve aunque haya que esperar años para verla.

Valoración: 9

Lo mejor: el gran espectáculo que ofrece y el estupendo reparto de actores.

Lo peor: algún aspecto narrativo no está muy desarrollado.

 


Después de que el protagonista supera la prueba de controlar a un gusano gigante, hubiera agradecido y resultado más creíble una escena que explicara cómo usar los gusanos como medio de transporte antes de que transporten una población hasta otra zona. Con un matrimonio concertado de por medio, se avecina el conflicto final y todos los elementos parecen encaminados a una gran última parte.

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