En la cartelera española se han estrenado títulos como el documental “Guadalupe: Madre de la Humanidad”. El que nos ocupa es el escrito y dirigido por Lila Avilés después de su aclamada ópera prima “La camarista”. Sol, una niña de siete años, pasa el día en casa de su abuelo, ayudando en los preparativos de una fiesta sorpresa para su padre. A lo largo del día, el caos se apodera poco a poco de la familia, fracturando sus cimientos. Sol abrazará la esencia de dejarse llevar como una liberación para la existencia. Esta coproducción mexicana es un intenso drama que transmite tensiones familiares, está realizado de manera sutil, naturalista y delicada que requiere de la atención del espectador y es importante lo que no se dice. Además, la película es emotiva sin ser sensiblera y la directora pega la cámara a los personajes y logra llevarnos a la infancia en parte gracias al papel de la niña protagonista interpretada por Naíma Sentíes. El film estuvo el año pasado en la sección oficial del festival de Berlín, ganó tres premios en el festival de Morelia a mejor largometraje mexicano, dirección y el premio del público, fue elegido como uno de los mejores títulos extranjeros del año por el NBR, fue nominado al premio Gotham, la asociación de críticos de Los Ángeles y los premios Independent Spirit a mejor película extranjera y espero que esté presente en los premios Platino y Ariel.
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