Después
de dirigir "Dioses y hombres" que fue premiada con el César
a la mejor película en 2011, Xavier Beauvois propone en su último
film una comedia ambientada a finales de los setenta en una ciudad
suiza. Cuenta la historia de Eddy, un hombre que sale de prisión y
que a cambio de quedarse en casa de su amigo Osman, el hombre cuide a
la hija de Osman mientras su mujer tiene que hacerse una revisión
hospitalaria. Ante la escasez económica que viven, Eddy decide robar
el cadáver de Charlie Chaplin, que acaba de fallecer, y pedir un
rescate. El planteamiento tiene su valentía, basado en un hecho
real, el film tiene algún momento divertido y buenas intenciones,
además de estar protagonizado por un buen actor como Benoît
Poelvoorde. Sin embargo, como comedia no me hace mucha gracia (y es una lástima, ya que el cine francés sabe hacer buenas comedias que gusten al público), su
realización es plana y sus referencias al genio Chaplin no consiguen
entrar en su mundo. Ante este resultado de la primera comedia de Beauvois, prefiero que el director vuelva a dedicarse a propuestas más serias.
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