En una semana de muy buenos estrenos hay
que destacar una propuesta que pudo verse en la nueva edición del
festival de Sitges. John Maclean debuta en el largometraje con una
película que da un aire nuevo al género del western. No estamos
ante un western tradicional, algo que agradezco, ya que no soy un
apasionado de este género. Ambientado en el siglo XIX, el film
cuenta la historia de un joven aristocrático (Kodi Smit-McPhee) que
proviene de Escocia y llega a los Estados Unidos para encontrarse con
la mujer a la que ama. Durante el trayecto se encuentra con un
forajido (eficaz Michael Fassbender) que quiere acompañarle. La
película tiene una bella fotografía en la que no solamente hay
planos de paisajes propios del western, sino también cercanos de los
personajes, un humor cercano al de los hermanos Coen y habla de la
amistad entre dos compañeros de viaje. Valoro notablemente este
estreno como film que demuestra que se puede hacer un western
diferente, aunque tampoco me entusiasma demasiado.
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