Uno de los estrenos estadounidenses de la semana es esta película dirigida por el actor John Krasinski. Cuenta la historia de John Hollar, un aspirante a artista que debe salir de su cómoda vida en Nueva York y alejarse de su guapa novia, para poder así regresar a su ciudad natal del medio oeste y ayudar a su familia a salir adelante cuando su madre necesite una cirugía cerebral. Esto ocurre mientras se divide entre su antigua vida y la actual, en la que debe lidiar con un hermano desvalido, un padre con ansiedad y su antiguo amor de la escuela. Esta es una comedia dramática en la que puede haber el típico modelo de familia norteamericana y se identifica con ese grupo de filmes de cine independiente que se presentan en el festival de Sundance. Si destaca esta propuesta es sobre todo por dos motivos: uno es el guion, aunque blanco, hace que el espectador se pueda identificar con los personajes sobre las relaciones familiares, y el otro es el reparto de actores, con Krasinski también como protagonista, en que destacan sus padres en la ficción Richard Jenkins y Margo Martindale, además de contar con Anna Kendrick, Mary Elisabeth Winstead y Sharlto Copley.
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