Trainspotting" es una película que en los años noventa marcó a muchos jóvenes e impactó con su manera de ver la drogadicción. Ahora se ha estrenado una segunda parte que se presentó en el festival de Berlín. Mark Renton vuelve a Edimburgo veinte años después de haberse escapado con el botín que tenía que compartir con sus amigos. Vuelve con la cola entre las piernas, y lo que se encuentra no es muy bueno: Simon se dedica a chantajear a gente con posibles con la ayuda de una prostituta búlgara; Begbie, más psicópata que nunca, se escapa de la cárcel para reiniciar su vida delictiva; y Spud lucha contra su adicción a la heroína con la literatura. Renton, Simon y Spud se alían para montar un negocio juntos: un prostíbulo que los haga ricos. Después de "Steve Jobs", Danny Boyle ha dirigido este filme después de hacer "Trainspotting", una de sus mejores películas. Afirmó que tenía que tener un buen guion para volver a esta historia y a vuelto a contar con John Hodge, sin embargo, el guion no está muy bien trabajado. El filme habla del paso del tiempo, desprende nostalgia y melancolía con respecto al anterior y no da una nueva perspectiva. Más allá de que sus películas estén mejor o peor conseguidas, Boyle tiene capacidad visual y en esta ocasión hay un estilo enfático, con humor algo salvaje. Los personajes conservan su eficacia con Ewan McGregor, Robert Carlyle, Jonny Lee Miller y un destacado Ewen Bremmer. Esta película no llega al nivel de la original pero tiene su interés y puede gustar a los fans de "Trainspotting", aunque no obtenga nuevos adeptos.
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