domingo, 22 de octubre de 2017

Detroit * * * *

En la última etapa de su filmografía, Kathryn Bigelow ha realizado proyectos potentes sobre hechos que involucran a estadounudenses como los artificieros en la guerra de Iraq en "En tierra hostil" y la caza a Bin Laden en "La noche más oscura". En esta ocasión, cuenta los disturbios raciales que tuvieron lugar en julio de 1967 en Detroit. Todo empezó tras una redada policial en un bar donde se estaba celebrando una fiesta. Los altercados duraron cinco días, en los que acabaron con la vida de 43 personas y cerca de 2.000 heridos y se convirtió en una de las revueltas civiles más violentas de los Estados Unidos. De nuevo escrita por Mark Boal, la directora mueve la cámara con nervio y consigue poner al espectador al lado de los personajes. Estos están bien interpretados por el joven reparto de actores, a destacar Will Poulter (visto en "El renacido") como un policía racista, Anthony Mackie ("Capitán América; civil war"), John Boyega y Hannah Murray. La película mantiene la tensión y la atención en sus más de dos horas de metraje, es una propuestra valiente que muestra unos hechos violentos que por desgracia siguen ocurriendo en USA. El film comienza con la redada policial a un bar ilegal de clientes afrioamericanos, luego la mayor parte cuenta la toma del motel Algiers y en el desenlace se trata el juicio de manera rápida. Considero que se le puede achacar la falta de un trasfondo de los motivos de lo que ocurrió. Hay que mencionar la notable fotografía de Barry Ackroyd en una película muy depurada, que demuestra que Bigelow es una de las mejores directoras estadounidenses.


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