La Tierra dentro de una casa según Aronovsky
Después de la cinta comercial "Noé", Darren Aronovsky vuelve al terreno de películas más personales y arriesgadas como "Cisne negro" o "Réquiem por un sueño" con esta historia en que una pareja, un poeta en pleno bloqueo creativo y su joven esposa, que cuida de la casa y quiere ser madre, viven apaciblemente en la casa que están rehabilitando en medio de la naturaleza. De repente, dos extraños les visitan de improviso, él deja entrar en casa a unas personas a las que no había invitado. Poco a poco, el comportamiento del marido va siendo más extraño, y ella empieza a estresarse y a intentar echar a la gente. Lo que empieza como una especie de thriller doméstico sobre una pareja que recibe unos invitados, después de un hecho grave que se produce en la casa y una elipsis temporal, se convierte en una excesiva y desproporcionada alegoría sobre la estupidez humana que acaba en cenizas y que remite a los primeros planos del inicio. Esta es una película sorprendente, una revisión en clave bíblica sobre el desconcierto del mundo contemporáneo, que toca temas como el ego humano, el arte como proceso de creación, el daño del hombre a la naturaleza, abierta a interpretaciones, en que la casa es la Tierra y cada personaje no tiene nombre y es un símbolo: Jennifer Lawrence es la Madre Naturaleza, Javier Bardem el poeta representa al hombre, a nosotros, Ed Harris es el invitado y Michelle Pfeiffer su mujer, Domhall y Brian Gleeson como Caín y Abel y Kristen Wiig la despiadada editora. El film está contado desde la perspectiva subjetiva del honesto personaje de Lawrence, por lo que el espectador se ve inmerso en lo que ocurre, con referencias al cine claustrofóbico de Roman Polanski. Cabe destacar el trabajo de los cuatro primeros actores citados, con una Michelle Pfeiffer que con este papel puede volver a ser reconocida en Hollywood. Tal vez es acorde a los tiempos en que vivimos, pero lo más habitual es que el cine de hoy sea muy políticamente correcto, por lo que se agradece que haya propuestas singulares y anticonvencionales como esta. El film se presentó en la Mostra de Venecia donde fue recibida de manera irregular y después ha pasado por el festival de Toronto y el de San Sebastián. Gustará a los seguidores del director y las actrices Lawrence y Pfeiffer pueden tener opciones de cara a la temporada de premios.
Valoración: 8
Lo mejor: es una película experiencia para el espectador, su valiente alegoría y las actuaciones de Lawrence y Bardem.
Lo peor: que haya espectadores que solamente se queden con la desmesura de la parte final y no interpreten más allá.
Después de la cinta comercial "Noé", Darren Aronovsky vuelve al terreno de películas más personales y arriesgadas como "Cisne negro" o "Réquiem por un sueño" con esta historia en que una pareja, un poeta en pleno bloqueo creativo y su joven esposa, que cuida de la casa y quiere ser madre, viven apaciblemente en la casa que están rehabilitando en medio de la naturaleza. De repente, dos extraños les visitan de improviso, él deja entrar en casa a unas personas a las que no había invitado. Poco a poco, el comportamiento del marido va siendo más extraño, y ella empieza a estresarse y a intentar echar a la gente. Lo que empieza como una especie de thriller doméstico sobre una pareja que recibe unos invitados, después de un hecho grave que se produce en la casa y una elipsis temporal, se convierte en una excesiva y desproporcionada alegoría sobre la estupidez humana que acaba en cenizas y que remite a los primeros planos del inicio. Esta es una película sorprendente, una revisión en clave bíblica sobre el desconcierto del mundo contemporáneo, que toca temas como el ego humano, el arte como proceso de creación, el daño del hombre a la naturaleza, abierta a interpretaciones, en que la casa es la Tierra y cada personaje no tiene nombre y es un símbolo: Jennifer Lawrence es la Madre Naturaleza, Javier Bardem el poeta representa al hombre, a nosotros, Ed Harris es el invitado y Michelle Pfeiffer su mujer, Domhall y Brian Gleeson como Caín y Abel y Kristen Wiig la despiadada editora. El film está contado desde la perspectiva subjetiva del honesto personaje de Lawrence, por lo que el espectador se ve inmerso en lo que ocurre, con referencias al cine claustrofóbico de Roman Polanski. Cabe destacar el trabajo de los cuatro primeros actores citados, con una Michelle Pfeiffer que con este papel puede volver a ser reconocida en Hollywood. Tal vez es acorde a los tiempos en que vivimos, pero lo más habitual es que el cine de hoy sea muy políticamente correcto, por lo que se agradece que haya propuestas singulares y anticonvencionales como esta. El film se presentó en la Mostra de Venecia donde fue recibida de manera irregular y después ha pasado por el festival de Toronto y el de San Sebastián. Gustará a los seguidores del director y las actrices Lawrence y Pfeiffer pueden tener opciones de cara a la temporada de premios.
Valoración: 8
Lo mejor: es una película experiencia para el espectador, su valiente alegoría y las actuaciones de Lawrence y Bardem.
Lo peor: que haya espectadores que solamente se queden con la desmesura de la parte final y no interpreten más allá.
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