Otro film europeo que se ha estrenado estos días, en este caso italiano, es la estupenda ópera prima de Roberto de Paolis en que Agnese y Stefano son muy diferentes. Ella sólo tiene 17 años, vive con su madre, ha sido educada bajo un estricto catolicismo y está a punto de hacer voto de castidad hasta el matrimonio. Él es un hombre de 25 años, con un temperamento violento y un pasado turbio. Su inesperado encuentro despierta un sentimiento de pureza. Pero cuando hacen el amor por primera vez, la ilusión de pureza de Agnese se rompe. Así, su encuentro en un campo de refugiados de la periferia de Roma será el desencadenante de un proceso de amor, liberación y dolor para ambos. Ella siente que ha traicionado sus ideales y toma una decisión extrema para intentar borrar su pecado. Este es un notable drama sentimental cuyo mayor logro es ser poco convencional y resultar imprevisible contando una historia de amor entre dos jóvenes romanos. El film transmite autenticidad, está realizado con naturalismo y a esto contribuyen las entregadas interpretaciones de la pareja protagonista formada por Selene Caramazza, que obtuvo el premio a mejor actriz en el festival de Sevilla y Simone Liberati. La película tiene su frescura, delicadeza y sutileza y tiene un final abierto. Uno de los mejores debuts de las últimas semanas que podemos ver con agrado.
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