Uno de los estrenos británicos de la semana está dirigido por Nick Hamm, que anteriormente realizó "The hole" y "Killing Bono". Este film está inspirado en hechos reales poco conocidos cuando en el año 2006, durante las negociaciones de paz en Irlanda del Norte dos eternos enemigos, el líder del Sinn Fein Martin McGuinness y el implacable unionista Ian Paisley, compartieron un viaje. La situación propició un inusual encuentro que quizás cambiara el curso de la historia. Este es un drama sobre un interesante momento histórico que está realizado de manera equilibrada, con muchos diálogos pero se queda corto. Aparte del contexto que trata, lo mejor está en la pareja protagonista de actores: un histriónico Timothy Spall como el unionista Paisley y un más acertado Colm Meaney como el líder Fein, acompañados de un atractivo reparto formado por el joven Freddie Highmore (el que fuera niño en "Charlie y la fábrica de chocolate"), el recientemente fallecido John Hurt, Toby Stephens (visto en una miniserie de "Jame Eyre"), Catherine McComarck ("28 semanas después"). El film, que se presentó fuera de concurso en la Mostra de Venecia del año pasado, podría haber sido mejor de lo que es por el tema que trata pero es aceptable y tiene buenas intenciones.
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