viernes, 13 de abril de 2018

Inmersión * *


En los últimos años el director Wim Wenders ha realizado mejores films documentales como "La sal de la tierra" que de ficción, con títulos como "Los hermosos días de Aranjuez". Esta línea irregular parece que continúa con su último film que se ha estrenado en los cines, una coproducción alemana con una parte española. Es una historia de amor que nos traslada a los mundos opuestos de Danielle Flinders y James More. Se conocen por casualidad en un remoto hotel de la costa normanda donde ambos se preparan para peligrosas misiones. Se enamoran casi en contra de su voluntad, pero pronto verán el uno en el otro al amor de sus vidas.Al separarse, descubrimos que James trabaja para el servicio secreto británico. Está involucrado en una misión en Somalia para seguir el rastro de una red de terroristas suicidas que están asolando Europa. Danielle “Danny” Flinders es una bio-matemática que trabaja en un proyecto de inmersión en busca del origen de la vida en nuestro planeta. Estarán a un mundo de distancia el uno del otro. James será apresado por yihadistas y no podrá contactar con Danny, que tendrá que adentrarse en lo más profundo del océano a bordo de un sumergible, sin ni siquiera saber si James sigue vivo. Se trata de la adaptación a la pantalla de la novela de J. M. Ledgard a cargo de Eric Dignam y quizás ahí está uno de los problemas de la película, ya que es un poco confusa y no está muy bien contada. Esta es un drama romántico de aliento triste y fatalista  que podría haber sido una película estimable al contar una historia ambiciosa y poderosa pero falla en la dirección enfática de Wenders que no logra que el espectador se implique en lo que les sucede a los personajes, si bien la pareja protagonista formada por James McAvoy y Alicia Vikander son buenos actores pero en este caso no destacan mucho en sus actuaciones. Aun así, el film funciona mejor en el aspecto amoroso que en el contexto terrorista. La banda sonora está compuesta por el español Fernando Velázquez ("Lo imposible"). El film inauguró la pasada edición del festival de San Sebastián con una recepción más bien tibia que ha quedado justificada.



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