El
cuerpo de Lara
El
joven Lukas Dhont debuta en el largometraje por la puerta grande con
esta historia inspirada en un caso real sobre una chica de quince
años, en el cuerpo de un chaval, que hará todo lo posible e
imaginable para realizar su sueño: convertirse en bailarina. Los
esfuerzos y sacrificios que tenga que realizar no son una barrera
para ella. Lara, su nombre en la película, sabe que es una mujer y
quiere que su cuerpo se adapte lo más rápidamente posible a su
realidad.
Hay
varios films que tratan de personajes transexuales o homosexuales que
tienen que lidiar contra una sociedad que les rechaza pero en este
caso, la joven es aceptada por su familia y compañeros de clase, a
excepción de una incómoda escena con las chicas del ballet. Lo que
hace singular esta película es la lucha interna de una chica que ha
nacido en un cuerpo equivocado, que trabaja con su cuerpo para llegar
a ser bailarina profesional pero al mismo tiempo lo rechaza porque no
está satisfecha con su cuerpo masculino y desea ser operada lo más
pronto posible. La cámara, naturalista, sigue y gira entorno a Lara,
ella es la película. Afortunadamente, cuenta con el gran hallazgo de
Viktor Polster (de mismo nombre que el de la protagonista en su
origen), un bailarín profesional que ofrece una interpretación
contenida y con el que el espectador enseguida empatiza fácilmente.
Las escenas de clase de ballet en que la cámara sigue sus
movimientos llegan a ser inmersivas para un servidor, y en algún
momento se parecen a las “Cisne negro” de Aronovsky aunque son
películas distintas. Este film honesto no rehuye en mostrar aspectos
que pueden ser incómodos sobre el cuerpo de Lara y la dura escena en
el desenlace es la consecuencia del dolor que ella sufre al querer
tener un cuerpo totalmente femenino. Pero hay que decir que la
intención del director no es hacer una película de cine de autor
minoritaria sino llegar al gran público para contribuir a hacer más
visible y aceptar una realidad aunque sea diferente.
El
largometraje triunfó en la sección Un certain regard del pasado
festival de Cannes al ganar la Cámara de oro a mejor ópera prima,
el premio de actuación para Polster y el FIPRESCI de la crítica.
Además, ha recibido el premio del público a mejor película europea
en el festival de San Sebastián, ha sido la seleccionada para
representar a Bélgica en los próximos Oscar y esperemos que
continúe un buen recorrido también en los premios del cine europeo.
Valoración:
8
Lo
mejor: el trabajo de Viktor Polster y cómo está tratada su lucha
interna.
Lo
peor: el visionado puede ser agotador pero vale mucho la pena.
Después
de la escena en el hospital en que se supone que Lara ya no tiene el
miembro viril, el final es abierto al ver a la chica, con un corte de
pelo, caminar por un pasillo del metro y uno se pregunta si se dirige
a la clase de ballet.
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