José Luis Torres Leiva tiene en su
filmografía títulos como el cortometraje “Obreras saliendo de la fábrica”, los
largometrajes “Verano” y “El viento sabe que vuelvo a casa”. En el que nos
ocupa, dos mujeres que han compartido toda una vida juntas se ven enfrentadas a
la enfermedad de una de ellas. La mujer enferma decide no seguir ningún
tratamiento y ambas se mudan a una pequeña casa en el bosque hasta el día que
la muerte llegue a sus vidas. Es así como volverán a reencontrar el amor que
con el tiempo fue sepultado por la rutina. Poco a poco fortalecerán su relación
mientras fuera de la cabaña la muerte aguarda su momento. Esta coproducción
chilena es un bello y triste poema de amor lésbico en que acecha la muerteaunque
cae en la autocomplaciencia en la realización. El film se presentó el año
pasado en la sección oficial del festival de san Sebastián donde obtuvo una
recepción irregular, obtuvo una mención
especial a mejor película iberoamericana en el festival de Mar de Plata y se ha podido ver en Filmin por el festival Neimeyer LGTBI.
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