Este es el primer trabajo cinematográfico dirigido en solitario por Zhang Chong de 2019. Cada vez que Sang Yu cierra los ojos, un demonio lo persigue y lo mata en sueños: esa es la parte mala. La buena es que también posee una habilidad: es capaz de traer tesoros del mundo onírico a la vigilia, haciéndose rico de la noche a la mañana, literalmente. Pero esa opulencia atraerá la atención de un criminal sin escrúpulos. Estamos ante un curioso blockbuster chino que combina varios géneros como la fantasía y el drama sobrenatural y logra salir airoso aunque el guion es mejorable. En el aspecto técnico la película es aceptable y el reparto de actores hace un buen trabajo.
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