Este es el segundo largometraje del guionista y director Alexandre Koberidze. Tras encontrarse de manera fortuita, dos jóvenes sienten atracción el uno por el otro y deciden quedar para conocerse. Sin embargo, como en un cuento de hadas, el destino quiere que el día de la cita cada uno se presente con un aspecto distinto al que recordaba cada uno, ambos han trasmutado su apariencia y son incapaces de reconocerse. Esta coproducción georgiana es un bello drama romántico con un componente fantástico que está contado como si fuese un cuento para niños aunque no lo sea, el argumento es sencillo pero tiene digresiones, tiene un ritmo pausado y destaca la fotografía y la música. El film obtuvo el año pasado el premio FIPRESCI en la Berlinale, el premio especial del jurado en el festival de Mar de Plata, el de mejor fotografía en el certamen de Sevilla y fue nominado al premio Gotham a mejor título internacional. Así pues, estamos ante un estimulante ejercicio de cine de autor y hay que seguir la pista a Koberidze.
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