martes, 6 de septiembre de 2022

42 segundos * * *



El equipo de waterpolo en Barcelona 92

El título español más potente que se estrenó el primer fin de semana de septiembre y que he podido recuperar meses después en el ciclo que realiza los premios Gaudí es el dirigido por el debutante Alex Murrull (cortometraje “Traces”) y Dani de la Orden que justamente también estrenó en fechas similares “El test”. A pocos meses de las olimpiadas de Barcelona 92, la selección española de waterpolo tiene todos los números para pasar sin pena ni gloria. No están preparados y necesitan un golpe de efecto si no quieren hacer el ridículo jugando en su propia casa. Ese revulsivo llega en forma de nuevo entrenador con fama de duro y técnicas de trabajo más que cuestionables en una dura preparación en Andorra. Por si fuera poco, la selección cuenta con dos líderes enfrentados por su manera de entender este deporte: el catalán Manel Estiarte y el madrileño Pedro García Aguado, ambos tendrán que unirse si quieren lograr hacer un buen papel en los Juegos. Gracias a un esfuerzo sobrehumano, al trabajo en equipo y al apoyo de todo un país, demostrarán al mundo entero que se puede llegar más allá de donde nunca imaginaron.

Basado en hechos reales este es un notable drama deportivo, subgénero que no tiene una tradición arraigada en España pero es de agradecer esta incursión, habla de descubrir y aceptar la necesidad de los otros para hacer un buen equipo y que de la debilidad se puede sacar éxito con esfuerzo y sacrificio. La propuesta se puede disfrutar sin tener que ser un amante del waterpolo. La película resulta ágil, siempre entretenida, genera tensión en alguna escena y sobre todo en el partido final que logra ser emocionante y cuenta con una lograda ambientación de ese periodo. Además, sobresalen las actuaciones creíbles de actores que no son profesionales en el deporte: Álvaro Cervantes (uno de mis actores españoles favoritos de su generación que merecía estar en la temporada de premios) como Estiarte, el nadador capitán más cerebral y reservado que esconde una desgracia personal y Jaime Lorente como G. Aguado, el más visceral y fiestero pero necesario en el equipo, sí como Tarik Filipovik (“Go west”) como el entrenador craoata de la selección española y el elenco cuenta con Cristian Valencia, Alex Maruny, Pep Ambròs (cortometraje “Andy y las demás”) y Roger Casamajor. Me alegro de que la propuesta fuera bien recibida por el público en taquilla y hubiera merecido figurar al menos en los premios Gaudí aunque este año había gran nivel de cine.

Valoración: 7

Lo mejor: las interpretaciones de Cervantes y Lorente.

Lo peor: hay pocas escenas de waterpolo.

 


Aunque al principio se muestra la preparación física en este deporte que requiere de mucho aguante en el agua, me hubiera gustado que hubiera más escenas de partidos ya que sólo se centra en la emocionante final entre España e Italia en que la primera no ganó por muy poco (aunque al final se dice que sí logró el Oro olímpico en Atlanta 1996. Cabe añadir que no se habla de la técnica en los movimientos del waterpolo aunque el espectador sobreentiende que los jugadores son profesionales. 

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