Llega a
la pantalla grande la secuela de "El origen del planeta de los
simios", que en 2011 sorprendió gratamente por ser más que una
espectacular precuela del clásico film de ciencia-ficción que
hablaba de la condición humana y animal en los años sesenta. El
nuevo film ya no cuenta con James Franco como reclamo de protagonista
pero sí bajo la estupenda dirección de Matt Reeves (que ya demostró
su buen hacer en "Monstruoso" y en el remake americano de
"Déjame entrar"). Tras el descubrimiento de un primate más
inteligente de lo normal, el mono César, en la entrega anterior,
ahora se libra una batalla entre los simios que controlan el planeta
y el grupo de humanos que ha sobrevivido a un virus. Así, el
personaje de simio interpretado por Andy Serkins, evoluciona de ser
analizado por la ciencia a capitanear la lucha de su especie y es
impresionante la actuación del actor, por lo que sería conveniente
que las asociaciones de premios arriesgaran y le reconociesen su
labor a partir de la técnica de captura de movimiento en la que se
mueven los animales. La película es una gran muestra en
el género de la ciencia-ficción y de aventuras, sorprende
gratamente por su espectáculo y entretenimiento durante más de dos
horas, visualmente es apabullante, tiene momentos solemnes, un final
que invita a una nueva entrega, y cuenta con un atractivo reparto de
secundarios entre los que destacan Keri Russell y el veterano y
camaleónico Gary Oldman en pocas escenas. Incluso funciona como
metáfora política, por lo que por todo esto es mejor que la
anterior entrega y llega a ser uno de los mejores blockbusters de
este verano y puede que del año, junto con la nueva de Godzilla, los
X-men y a la espera de "Los guardianes de la galaxia".
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