Llega
a las carteleras españolas quizá uno de los films de autor más
esperados tras su paso por el festival de Cannes y de Sevilla el año
pasado. James Gray siempre ha sido uno de los cineastas
estadounidenses más interesantes, que dejó una buena huella en el
cine negro con "La noche es nuestra" y realizó su mejor
película hasta la fecha, la dramática "Two lovers". Con
un título original más acertado "The inmmigrant", su
última propuesta es un notable melodrama más bien clásico sobre la
otra cara de la moneda del sueño americano en busca de buenas
oportunidades en los años veinte del siglo pasado. La recurrente
imagen de ilusión de las personas que llegan en barco a los Estados
Unidos viendo al fondo la Estatua de la Libertad se ve truncada en
esta historia sobre una joven polaca que, para salvar a su hermana
enferma, está dispuesta a ejercer de prostituta. La película tiene
una profundidad que no abunda mucho en los últimos estrenos y una
puesta en escena opresiva acorde con el argumento. La contención es
acertada pero hace que sea algo fría y que hasta el tercio final no
cale con fuerza en el espectador, con un final esperanzador. Pero más
allá de alguna imperfección, el triángulo formado por la
protagonista, el rufián que la controla y su primo ilusionista con
mejores intenciones es interesante. Marion Cotillard realiza una
esforzada interpretación, en un complicado personaje que aceptó en
vez del de la película "El pasado", Joaquin Phoenix vuelve
a ser actor en un film de Gray y Jeremy Renner hace un papel
diferente al que nos tiene acostumbrados. En suma, no es la mejor
película de su director pero una de las más logradas que podemos
ver.
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