En una semana de grandes
estrenos esperados como "Perdida" o "Winter sleep",
vale la pena tratar este drama que en su país de procedencia,
Polonia, podrá despertar más consciencias o ser utilizado, ya que
es un estado muy religioso y este film habla de la homosexualidad
encubierta. La directora Malgorzata Szumowska hace servir este
valiente tema a través de un sacerdote lleno de fe que ayuda a
jóvenes inadaptados que esconde su condición sexual, hasta que
conoce a un joven que hará que se tambalee su represión y la
comunidad sospeche de él. En la película, presentada en la sección
oficial de la Berlinale, podemos percibir su tormento interior no
sólo por el ambiente exterior sino porque él mismo cree que como
cura no siente lo correcto. Hay escenas de silencios y miradas en las
que subyace un deseo reprimido pero el hecho de que no vaya más allá
y se arriesgue más puede provocar falta de interés por parte del
espectador. Aún así, cuenta con buenas interpretaciones de los
actores A. Chyra y M. Kosciukiewicz y cierta atmósfera en un entorno
rural.
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