Un estreno que no debería
pasar desapercibido en la cartelera es este film belga dirigido por
Jay Vertheyen, premiado como mejor director en el festival de
Montreal. Cuenta una historia de venganza de un hombre que ve cómo
tras salir del hospital a causa de un incidente con un ladrón, se
entera de que su mujer ha muerto en el percance y que el culpable,
después de ser juzgado, ha quedado libre. Se trata de un drama
judicial que gustará a los aficionados a este tipo de propuestas,
muy dialogado, que ofrece tensión y buenas interpretaciones. Además,
hace pensar al espectador en aplicar o no completamente la ley y, al
contrario, el límite de tomarse un implicado la justicia por su
mano. Quizás le falte más fuerza y resulte algo discreta, pero es
interesante.
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